Epístola de Cipriano VII

Pidamos y recibiremos; y si hubiere tardanza y tardanza en recibir, por haber ofendido gravemente, llamemos, porque "al que llama también se le abrirá"[7].

Un tratado contra el hereje Novaciano por un obispo anónimo

Busquemos de todo corazón lo que hemos perdido, para que podamos encontrarlo; porque "al que busque", dice la Escritura, "se le dará, y al que llame se le abrirá"[62].

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