En el corazón del cristianismo está la compasión Mateo 20:29-34 : Cuando Jesús salía de Jericó, se encontró con dos ciegos. Estos hombres, como muchos ciegos, tenían oídos agudos. Se habían enterado de que Jesús pasaba por allí. Creyeron que Él podía devolverles la vista. Los dos ciegos suplicaron a Jesús: "¿Ten piedad de nosotros, oh Señor, Hijo de David?" (Mateo 20:30 ) Jesús les preguntó: "¿Qué queréis que haga por vosotros?" (Mateo 20:32 ) Querían que se les abrieran los ojos.

Estos hombres sabían que Jesús era su única oportunidad de recuperar la vista para que no permitieran que la multitud los silenciara. Cuando Él los llamó, fueron a Él inmediatamente. Algunos escuchan al Maestro llamar miles de veces y nunca van a Él. Jesús escuchó sus gritos de misericordia. Por piedad o compasión les tocó los ojos y recibieron la vista. ( Mateo 20:34 ) El resultado de que Jesús tuvo compasión y ayudó a estos hombres fue que “ellos lo siguieron”. Seguir a Jesús era la mejor forma en que estos hombres podían expresar su agradecimiento.

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