¿No es éste el que se sentaba y pedía limosna?

La única duda surgió del hecho de que así era. mendigo ciego, pero este hombre podía ver. Aparentemente, lo era. conocido mendigo, pero su sorpresa fue tan grande que requirió su afirmación antes de estar seguros de su identidad. "Tanto la mendicidad como la ceguera son mucho más comunes en Oriente que entre nosotros, la primera debido a los impuestos injustos, la distribución desigual de la riqueza y la ausencia total de organizaciones benéficas públicas y sistematizadas; la segunda debido a la falta de limpieza y a exposición a un sol casi tropical, y arenas ardientes."-- Abbott.

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