Ver. 8. Y aconteció que mientras ejecutaba el oficio de Sacerdote delante de Dios en el orden de su carrera, 9. Según la costumbre del oficio de Sacerdote, su suerte era quemar incienso cuando entraba en el templo de los Caballero. 10. Y toda la multitud del pueblo oraba afuera a la hora del incienso.

TEÓFILO; El Señor nombró por mano de Moisés un Sumo Sacerdote, a cuya muerte otro debía suceder en el debido orden. Esto se observó hasta el tiempo de David, quien por mandato del Señor aumentó el número de los Sacerdotes; y así en este tiempo se dice que Zacarías ha estado desempeñando su oficio de Sacerdote en el orden de su curso, como sigue: Pero aconteció que cuando Zacarías estaba desempeñando el oficio de Sacerdote en el orden de su curso delante de Dios, de acuerdo con la costumbre del sacerdocio, su suerte era, etc.

Ambrosio; Zacarías parece aquí ser designado Sumo Sacerdote, porque al segundo tabernáculo entraba el Sumo Sacerdote solo una vez al año, no sin sangre, que ofrecía por sí mismo y por los pecados del pueblo.

TEÓFILO; No fue por una nueva suerte que fue elegido cuando se quemaba el incienso, sino por la vieja suerte, por la cual de acuerdo con el orden de su Sacerdocio tuvo éxito en el curso de Abia.

Sigue, Y toda la multitud del pueblo, &c. El Sumo Sacerdote ordenó que se llevara incienso al Lugar Santísimo, mientras todo el pueblo esperaba fuera del templo. Debía ser el día diez del mes séptimo, y este día había de ser llamado el día de la expiación o propiciación, cuyo misterio el Apóstol explicando a los hebreos, señala a Jesús como el verdadero Sumo Sacerdote, quien en Su propia sangre ha entrado en los lugares secretos del cielo para reconciliarnos con el Padre e interceder por los pecados de los que aún esperan orando a las puertas.

Ambrosio; Este es entonces ese Sumo Sacerdote que todavía es buscado por sorteo, porque aún se desconoce el verdadero Sumo Sacerdote; porque el que es elegido por sorteo no es obtenido por juicio de hombre. Aquel Sumo Sacerdote, por lo tanto, fue buscado, y otro tipificado, el verdadero Sumo Sacerdote para siempre, quien no por la sangre de las víctimas, sino por Su propia sangre, había de reconciliar a Dios Padre con la humanidad. Entonces sí hubo cambios en el Sacerdocio, ahora es inmutable.

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