Verso 14. Pero si tenéis envidias amargas y contiendas.

El que exhibe envidia en su habla no puede jactarse de sabiduría. En la estimación del apóstol, uno debidamente instruido, y que por ello se vuelve sabio, no muestra envidia ni se entrega a la contienda. Por tanto, si hacéis estas cosas y os jactáis de vuestra sabiduría, mentiréis contra la verdad, porque la verdad las prohibe.

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Antiguo Testamento