Versículo 9. Con eso bendecimos a Dios, el Padre.

La lengua se usa para ofrecer nuestras alabanzas al Altísimo. Con ella damos gracias a Dios por su bondad y misericordia; con ella expresamos la gratitud de nuestro corazón a nuestro amoroso Padre que está en los cielos por sus múltiples favores, por el don de su Hijo, por el privilegio y el honor de llegar a ser sus hijos, y por la esperanza de la vida eterna, y sin embargo con la misma lengua maldecimos a nuestros semejantes hechos a imagen de Dios, el mismo Dios a quien hemos ofrecido nuestras alabanzas y acciones de gracias, y hecho nuestras súplicas. Esta es una inconsistencia palpable. Por qué es inconsistente, el escritor inspirado nos lo dice en el versículo siguiente y, sin embargo, a la inteligencia común le parecería innecesario siquiera mencionarlo.

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Antiguo Testamento