Dividir al niño vivo Según Josefo, la orden del rey era que tanto el niño vivo como el muerto debían ser divididos y la mitad de cada uno debía ser dada a cada madre. Pero esto no estaba en el pensamiento de Salomón. No quería hacer una división justa de los dos niños, sino, amenazando al vivo, sacar a la luz el sentimiento maternal y así averiguar a cuál de ellos realmente pertenecía.

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