¿Deseé un hijo? Las palabras son casi de reproche y dejan claro al profeta que el niño está muerto. Mejor hubiera sido para ella no haber recibido el niño, que ahora tener el gran dolor de perderlo.

No me engañes. Ella no usa el término más fuerte que aparece en la parte anterior de la narración (versículo 16).

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