Un episodio histórico, íntimamente conectado con las visiones anteriores, y que surge de ellas. En particular, Amós, al explicar la última de estas visiones, había hablado tan claramente, incluso, en apariencia, amenazando la persona del rey, que Amasías, el sacerdote de Beth-el, lo denuncia ante Jeroboam II. de conspiración; y como el rey no se da cuenta de la acusación, se encarga de ordenar al profeta que abandone Israel y regrese a su propio país.

Amós responde que ha sido comisionado por Jehová para hablar como lo ha hecho, y reafirma, con mayor énfasis aún, su predicción anterior, con referencia en particular al destino que le espera a la propia familia y posesiones de Amasías.

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