diciendo: Dame también este poder El carácter del hombre se muestra por lo que pide. Él no desea el Espíritu Santo para sí mismo como un don espiritual para sellar su bautismo, sino que él pueda otorgar, lo que él considera como un poder superior a su propia magia, a otros. Podemos aprender de esta narración que el don del Espíritu Santo se hizo evidente por los nuevos poderes conferidos a quienes lo recibieron. Sus obras y palabras Simón las había visto y oído, y de ahí su aplicación a los Apóstoles.

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