La última y mayor causa de gozo es el nacimiento del Mesías y su maravilloso carácter y gobierno. Cuando Isaías esperaba que ocurriera el evento, no se puede deducir de esta profecía. No hay razón para suponer que la referencia es a un niño ya nacido; el tiempo perfecto se usa, como en todo el pasaje, desde el punto de vista ideal del escritor, que está dentro de la era mesiánica.

El nacimiento del niño se concibe más naturalmente como si tuviera lugar en la era del milagro que sigue al derrocamiento de Asiria; por tanto, no se le asigna ninguna parte en la realización de la emancipación nacional.

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