El camino de la obediencia amorosa. 2 Juan 1:4-6

( 2 Juan 1:4 ) Me alegré mucho porque he hallado a (ciertos) de vuestros hijos andando en la verdad, tal como recibimos mandamiento según el Padre. ( 2 Juan 1:5 ) Y ahora te ruego, Señora, no como escribiéndote un mandamiento nuevo, sino (el) que teníamos desde el principio, que nos amemos unos a otros. ( 2 Juan 1:6 ) Y este es el amor, que sigamos andando según sus mandamientos.

Había tantos falsos maestros en el exterior que Juan se regocijó al encontrar a ciertos hijos de la dama elegida andando conforme a la verdad. Si estamos en lo cierto en la conclusión de que la dama elegida es una congregación local o la iglesia en general en un área en particular, los niños son miembros de la iglesia o iglesias a las que escribió Juan. Vale la pena notar que, donde a menudo nos referimos a los cristianos como miembros de la iglesia, Juan se refiere repetidamente a ellos como niños. La iglesia del Nuevo Testamento no era, fundamentalmente, una organización sino una familia. Cada miembro era hijo del Padre y, más bien estéticamente, de la iglesia.

Para Juan, la evidencia admisible de que hemos llegado a conocer la verdad es que obedecemos los mandamientos de Dios. (Cf. 1 Juan 2:3 ) Había aprendido bien la lección expresada por Jesús en la pregunta... ¿por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis las cosas que os digo?

De nuevo, como en I Juan, se nos recuerda que el mandamiento fundamental es que nos amemos los unos a los otros. Esto es particularmente urgente en medio de una controversia tan seria como la ocasionada por el error gnóstico. No puede haber reparación de la brecha causada por el error a menos que los que se aferran a la verdad lo hagan con amor.
¡Pero el amor no permitirá el compromiso! Este es el amor, que sigamos caminando según sus mandamientos. Mientras nos esforzamos, en amor, por hacer volver al hereje del error de sus caminos, debemos continuar obedeciendo todos los mandamientos de Dios.

El amor es el mandamiento fundamental para los cristianos, pero no es el único mandamiento. La comisión de Jesús a los apóstoles es que nos enseñen a guardar todas las cosas, todo lo que os he mandado. ( Mateo 28:20 (a)) Desde el principio hemos tenido también este mandamiento.

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