5 No sea que el tentador te haya tentado. Con este término nos enseña que las tentaciones siempre deben ser temidas, porque es el oficio propio de Satanás el tentar. Como, sin embargo, él nunca deja de hacernos emboscadas por todos lados, y nos pone trampas a nuestro alrededor, por lo que debemos estar atentos y prestar atención. Y ahora dice abiertamente lo que al principio había evitado decir, por ser demasiado severo, que se había sentido preocupado por temor a que su trabajo fuera en vano, si, por casualidad, Satanás prevaleciera. Y esto lo hace para que puedan estar atentos a su vigilancia, y puedan agitarse más vigorosamente ante la resistencia.

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