31. Que toda la amargura. Nuevamente condena la ira; pero, en la presente ocasión, ve en relación con él aquellos delitos por los que suele ir acompañado, como disputas ruidosas y reproches. Entre la ira y la ira (Θυμὸν καὶ ὀργὴν) hay poca diferencia, excepto que la primera denota el poder y la segunda el acto; Pero aquí, la única diferencia es que la ira es un ataque más repentino. La corrección de todo lo demás será de gran ayuda con la eliminación de la malicia. Con este término expresa esa depravación mental que se opone a la humanidad y la justicia, y que generalmente se llama malignidad.

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