18. Y los magos lo hicieron. Ellos "hicieron" se ponen aquí por "trataron de hacer"; porque no tuvieron éxito, como parece actualmente. Por lo tanto, se dice que hicieron, lo que intentaron en vano o lo que ensayaron, pero sin éxito. Y de esta manera Dios le quitó a Faraón cualquier excusa que quedara, con el pretexto de ser engañado; porque aunque él mismo había buscado previamente estos engaños, su obstinación no era sin excusa, siempre y cuando los magos rivalizaran con Moisés en la contienda; pero cuando ve fracasar su arte, se opone a Dios. Aunque no fue solo con referencia a él que Dios restringió a estos impostores, sino que los expone al ridículo de todos, a fin de afirmar por sí solo la gloria del poder perfecto. Por lo tanto, recogemos cuán bien, según su inestimable sabiduría, reprime cualquier licencia que permita por un tiempo a los ministros de Satanás; porque cuando, al soportar su audacia, ha demostrado suficientemente la fe de su pueblo, los obliga a detenerse abruptamente, por así decirlo, para que puedan hundirse en la confusión y "no seguir adelante", como dice Pablo, al contar esta historia (2 Timoteo 3:9.)

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