20. Ahora las cosas que te escribo. Esta afirmación se extiende a toda la narrativa. La gran seriedad de Pablo sobre este tema se evidencia al recurrir a un juramento, que no puede emplearse legalmente sino en grandes y pesadas ocasiones. Tampoco es maravilloso que él insista con tanta seriedad en este punto; porque ya hemos visto a qué recursos recurrieron los impostores para quitarle el nombre y el crédito de un apóstol. Ahora los modos de jurar utilizados por los buenos hombres merecen nuestra atención; porque aprendemos de ellos que un juramento debe ser visto simplemente como un llamado al tribunal de Dios por la integridad y la verdad de nuestras palabras y acciones; y tal transacción debe guiarse por la religión y el temor de Dios.

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