18. En el mismo día, el Señor estableció un pacto. Admito de buena gana lo que he insinuado anteriormente, que el pacto fue ratificado mediante un rito solemne cuando los animales fueron divididos en partes. Parece haber una repetición en la que enseña cuál era la intención del sacrificio que mencionó. Aquí también podemos observar lo que he dicho, que la palabra debe estar siempre unida a los símbolos, para que nuestros ojos no se llenen de ceremonias vacías e infructuosas. Dios ha ordenado que se le ofrezcan animales; pero ha mostrado su fin y uso, mediante un pacto adjunto a ellos. Si el Señor nos alimenta con sacramentos, inferimos que son evidencias de su gracia y señales de esas bendiciones espirituales que de ella emanan.

A continuación, enumera las naciones a las que Dios estaba a punto de dar la tierra para los hijos de Abram, para confirmar lo que había dicho anteriormente acerca de una descendencia numerosa. Porque no iba a ser un pequeño grupo de hombres, sino una inmensa multitud, para la cual el Señor asigna una morada de tan vasta extensión. Dios había hablado antes solo de los amorreos, entre los cuales vivía Abram en ese momento; pero ahora, para amplificar su gracia, enumera a todos los demás por su nombre.

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