11. Y ahora maldito eres de la tierra. Caín, después de haber sido condenado por el delito, ahora se pronuncia sentencia contra él. Y primero, Dios constituye la tierra como ministra de su venganza, al haber sido contaminada por el impío y horrible parricidio: como si hubiera dicho, 'Acabas de negarme el asesinato que has cometido, pero la tierra misma, insensible, exigirá tu castigo'. Sin embargo, hace esto para agravar la enormidad del crimen, como si una especie de contagio fluyera de él incluso hacia la tierra, por lo que se requería la ejecución del castigo. La idea de algunos, de que aquí se atribuye crueldad a la tierra, como si Dios la comparara con una bestia salvaje que ha bebido la sangre de Abel, está lejos del verdadero significado. Más bien, en mi opinión, se le atribuye clemencia por personificación (245); porque, en aborrecimiento de la contaminación, había abierto su boca para cubrir la sangre que había sido derramada por mano de hermano. Es detestable la crueldad de este hombre, que no vacila en derramar la sangre de su prójimo, de la cual el seno de la tierra se convierte en receptáculo. Sin embargo, no debemos imaginar aquí ningún milagro, como si la sangre hubiera sido absorbida por alguna apertura inusual de la tierra; sino que el lenguaje es figurativo, significando que había más humanidad en la tierra que en el hombre mismo. Además, aquellos que piensan que, porque Caín ahora es maldecido con palabras más fuertes que las que se le habían dicho a Adán previamente, Dios había tratado más suavemente al primer hombre, con el diseño de perdonar a la raza humana; tienen cierta justificación para su opinión. Adán escuchó las palabras: "Maldita será la tierra por tu causa"; pero ahora la flecha de la venganza divina vibra contra la persona de Caín y la traspasa. La opinión de otros, de que se trata de un castigo temporal, porque se dice "Maldito eres de la tierra" en lugar de "del cielo", para que la posteridad de Caín, al estar excluida de la esperanza de la salvación, se precipite con más audacia hacia su propia condenación, me parece no estar suficientemente confirmada. Más bien, interpreto el pasaje así: Se confió el juicio a la tierra, para que Caín entendiera que su juez no tenía que ser convocado desde lejos; que no era necesario que un ángel descendiera del cielo, ya que la tierra se ofrecía voluntariamente como la vengadora.

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