18. Cuando escucharon estas cosas se callaron. El final muestra que aquellos que no fueron movidos con malicia que sí contuvo con Pedro; porque este es un signo evidente de piedad, al ser instruidos a fondo tocando la voluntad de Dios, dejan de contender inmediatamente. Con qué ejemplo se nos enseña, que no se debe despreciar a quienes, ofendidos por celo desaconsejado, reprochan cualquier cosa injustamente; pero que sus conciencias deben ser apaciguadas por la Palabra de Dios, que están perturbadas por error, y que su docilidad se prueba al menos hasta ahora. Al tocarnos, de este modo, de la misma manera, aprendemos con qué nuestro juicio debe depender, es decir, de la única y sencilla señal de Dios. Por este honor se le debe a él, que su voluntad será para nosotros la regla principal y cierta de la verdad y la justicia. Tan a menudo como es requisito para nosotros saber la causa de cualquier cosa, el Señor no nos oculta lo mismo; pero al final puede acostumbrar nuestra fe a la obediencia justa, a veces nos dice simple y llanamente que esto o aquello le agrada. El que se concede libertad para investigar más, y se deleita en su curiosidad, no hace nada más que arrojarse de cabeza con diabólica audacia. Y Lucas no solo declara que estos hombres callaron, sino que también dieron gloria a Dios. Algunos se ven obligados por la vergüenza a mantener la paz, quienes, a pesar de eso, mantienen en sus mentes lo que no se atreven a pronunciar. Es más bien una apariencia de modestia que docilidad. Pero estos hombres se someten tan bien a Dios, que no tienen miedo ni se avergüenzan de retractarse poco a poco [de inmediato].

Entonces Dios tiene. Lucas declara brevemente en estas palabras lo que contiene el evangelio, y para qué tiende, a saber, que Dios pueda reconciliar a los hombres consigo mismo, siendo renovado por su Espíritu. La palabra arrepentimiento solo se expresa en este lugar, pero cuando se suma a la vida, parece claro que no está separada de la fe. Por lo tanto, cualquiera que se beneficie correctamente en el evangelio, déjelo desanimar al anciano y piense en la novedad de la vida, (Efesios 4:22) hecho, hágale saber con certeza que no es llamado en vano para el arrepentimiento, pero que hay salvación preparada para él en Cristo. Entonces sucederá que la esperanza y la seguridad de la salvación descansarán solo en la misericordia de Dios, y que el perdón de los pecados no será, sin embargo, causa de una seguridad lenta. Este miembro, para dar arrepentimiento, puede ser expuesto de dos maneras; o que Dios otorgó a los gentiles un lugar para el arrepentimiento, cuando como les hubiera predicado su evangelio; o que él circuncidó sus corazones por su Espíritu, como dice Moisés, (Deuteronomio 30:6) y los hizo corazones carnosos de corazones pedregosos, como dice Ezequiel, (Ezequiel 11:19.) es un trabajo propio de Dios solo para crear y engendrar a los hombres nuevamente, para que puedan comenzar a ser nuevas criaturas; y concuerda mejor con este segundo sentido; no está tan atormentado, y concuerda mejor con la frase [fraseología] de la Escritura.

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