34. Al ver que he visto. Dios promete ahora que librará a su pueblo, para que pueda designar a Moisés para que sea su ministro nuevamente, porque la objeción anterior fue quitada por un espacio de tiempo tan largo. Porque se dice que Dios ve nuestras miserias cuando nos respeta y cuida nuestra seguridad; como se le dice nuevamente que cierre los ojos y le dé la espalda, cuando parezca encender nuestra causa. Del mismo modo se dice que baje. Él no necesita moverse de su lugar para ayudarnos, porque su mano alcanza el cielo y la tierra; pero esto se refiere a nuestro entendimiento. Porque, viendo que no libró a su pueblo de su aflicción, podría parecer que estaba lejos, y que estaba ocupado en alguna otra cosa en el cielo. Ahora dice que los israelitas percibirán que él está cerca de ellos. La suma tiende a este fin, que Moisés conociendo la voluntad de Dios, no dude en seguirlo como guía, y más audazmente en emplearse en la entrega del pueblo, que él sabía que era obra de Dios. Porque debemos notar que dice que escuchó el duelo de la gente. Porque aunque respeta a los que están en la miseria y injustamente oprimidos, cuando ponemos nuestros duelos y quejas en su regazo, se siente especialmente conmovido; aunque esta palabra se puede tomar para aquellas quejas ciegas y confusas que no se dirigen a Dios, como se toma a menudo en otros lugares.

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