3. Y me acerqué a la profetisa. Lo que sigue le sucedió al Profeta, no tengo dudas, por una visión, con el propósito de sellar la predicción anterior. La visión dada a Isaías fue que tuvo un hijo de su esposa y se le ordenó que le diera este nombre. De hecho, no sería absurdo admitir que el Profeta realmente tuvo un hijo con su esposa y le dio este nombre; y no discutiré con entusiasmo con nadie que sea de esa opinión. Pero como no es probable que este nombre se le haya dado a ningún hombre, y como no hay evidencia para probarlo, estoy más dispuesto a pensar que esta fue una visión exhibida al Profeta, para confirmar la predicción anterior. Él llama a su esposa una profetisa, no en el mismo sentido en que las esposas de los reyes, en aras de mostrarles respeto, se llaman reinas, pero porque en esta visión ella mantuvo un carácter público. (122)

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