35. Sin embargo, un poco mientras la luz está contigo. Aunque en esta respuesta el Señor los amonesta suavemente, al mismo tiempo los reprende con dureza; porque los acusa de cerrar los ojos contra la luz, y al mismo tiempo amenaza con que pronto se les quite la luz. Cuando dice que aún un poco queda algo de luz, confirma lo que ya había dicho sobre su muerte; porque por la luz no se refiere a su presencia corporal, sino a su Evangelio, pero alude a su partida; como si hubiera dicho: Cuando me haya ido, no dejaré de ser la luz, y así mi gloria no disminuirá a través de tu oscuridad. Cuando dice que la luz está con ellos, indirectamente los reprende por cerrar los ojos y apagar la luz; y por lo tanto declara que no merecen una respuesta a su objeción, debido a su propio acuerdo buscan la oportunidad de caer en el error.

Camina mientras tienes la luz para que la oscuridad no te alcance. Esta afirmación, de que la luz no continúa brillando sobre ellos sino por un tiempo, se aplica por igual a todos los incrédulos; porque las Escrituras prometen que a los hijos de Dios el Sol de justicia (Malaquías 4:2) se levantará y nunca se pondrá.

El sol ya no será tu luz de día, ni la luna de noche, sino que el Señor será tu luz eterna, ( Isaías 60:19.)

Pero todos deben caminar con cautela, porque el desprecio de la luz es seguido por la oscuridad. Esta también es la razón por la cual una noche tan espesa y oscura se sentó en el mundo durante muchos siglos. Fue porque había pocos que se dignaron a caminar en el resplandor de la sabiduría celestial; porque Cristo nos ilumina con su Evangelio, para que podamos seguir el camino de la salvación, que nos señala. Por esta razón, aquellos que no se aprovechan de la gracia de Dios extinguen, en lo que respecta a su poder, la luz que se les ofrece.

Y el que anda en tinieblas no sabe a dónde va. Para golpearlos con una alarma aún más profunda, les recuerda cuán miserable es la condición de aquellos que, al carecer de luz, no hacen nada más que deambular durante todo el curso de su vida. Porque no pueden avanzar un paso sin el riesgo de caerse o incluso de destruirse. Pero ahora Cristo declara que estamos en la oscuridad, a menos que brille sobre nosotros. De ahí inferir cuál es el valor de la sagacidad de la mente humana, cuando es el único guía e instructor, aparte de Cristo.

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