75 He sabido, oh Jehová, que tus juicios son justicia. Por juicios, en este salmo, debemos entender los preceptos de la ley; pero como el profeta agrega inmediatamente, que fue justamente castigado, parece usar la palabra en este versículo, para los castigos por los cuales Dios incita a los hombres al arrepentimiento. Estas dos palabras, צדק, tsedek, justicia, en la primera cláusula, y אמונה emunah verdad, en la última, tienen aquí casi el mismo significado. En la primera cláusula, el profeta confiesa en general que Dios regula tanto sus juicios, como para cerrar la boca de los impíos, en caso de que alguno de ellos se queje de su crueldad o rigor; y que tal equidad brilla en ellos, como para extorsionarnos la confesión de que nada es mejor para los hombres que de esta manera ser llamados a la consideración de sí mismos. Luego expone un ejemplo de esto en su propia persona. Incluso los hipócritas a veces le rinden alabanzas a Dios cuando castiga a otros, y nunca condenan su severidad, siempre y cuando ellos mismos se salven. Pero es propiedad de la verdadera piedad ser censores menos austeros y rígidos de las faltas ajenas que las nuestras. El conocimiento del que habla el profeta es una prueba segura de que se hizo un examen estricto y serio de sí mismo; porque, si no hubiera pesado bien su propia culpa, no podría por la experiencia segura haber aprendido la justicia de Dios en sus aflicciones. Si se considera preferible tomar la palabra juicios en su aceptación habitual, el significado del texto será: Señor, sé que tu ley es santa y justa, y severamente como me has afligido, aún conservo la persuasión de esto. verdad; porque aun en mis aflicciones discierno la justicia, que corresponde con el carácter de tu palabra.

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