Sé, oh Señor, que tus juicios, sus decisiones de condenación así como de aprobación, son justas, sirvieron para su beneficio, para su salvación, y que en fidelidad me has afligido, tratándolo como un fiel amigo y Padre, el castigo que le fue impuesto es justo lo correcto para apartarlo del pecado y de los encantos de este mundo.

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