Yo sé, oh SEÑOR, que tus juicios son rectos, y que en tu fidelidad me has afligido.

Yo sé, oh Señor, que tus juicios son rectos (literalmente, justicia), y que en tu fidelidad me has afligido. Dios es fiel a su palabra aun cuando aflige a su pueblo. Su fidelidad se muestra en no dejarlos ser tentados más de lo que pueden soportar, sino en encontrar la tentación como una salida.

No los aflige para consumar su ira, sino para su salvación. Este es el signo de salvación del arrepentimiento, que el pueblo de Dios castigado sea "humillado" y "acepta el castigo de su iniquidad" (fin).

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