1. Bendeciré a Jehová en todo momento. (687) David aquí ensalza la grandeza de Dios, prometiendo recordar durante toda su vida la bondad que le había otorgado. Dios ayuda a su pueblo diariamente, para que puedan emplearse continuamente en alabarlo; Sin embargo, es cierto que la bendición que se dice que es digna de un recuerdo eterno se distingue por esta marca de otros beneficios que son ordinarios y comunes. Por lo tanto, esta es una regla que deben observar los santos: a menudo deben recordar lo que Dios les haya otorgado; pero si en algún momento debe mostrar su poder de manera más ilustre para preservarlos de algún peligro, tanto más se volverán sinceros para dar testimonio de su gratitud. Ahora bien, si por un solo beneficio Dios nos obliga a sí mismo toda nuestra vida, de modo que nunca podamos dejar legalmente de exponer sus alabanzas, ¿cuánto más cuando nos ofrece innumerables beneficios? (688) Para distinguir el elogio que antes había dicho, estaría continuamente en su boca del sonido vacío de la lengua, en el que se jactan muchos hipócritas, agrega, al comienzo del segundo verso, que procedería del corazón.

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