En el verso que sigue, él describe su ferocidad. La expresión, haciendo pucheros o eructando con la boca, denota que proclamaron sus infames consejos abiertamente y sin afectar el ocultamiento. La palabra hebrea נבע, nabang, significa, metafóricamente, hablar, pero correctamente, significa brotar, (364) y aquí denota más que simplemente hablar. Nos informaría que, no contentos con planear la destrucción de inocentes en secreto entre ellos, publicaron sus intenciones en el extranjero y se jactaron de ellos. En consecuencia, cuando agrega, que las espadas estaban en sus labios, quiere decir que exhalaron masacre, y que cada palabra que hablaban era una espada para matar a los oprimidos. Él asigna como la causa de su apuro a tal exceso de maldad, que no tenían razón para aprehender la desgracia. Puede ser suficientemente probable que David anuncie aquí, como en muchos otros lugares, la gran estupidez de los impíos, quienes, para desterrar el miedo de sus mentes, conciben a Dios como si estuviera dormido en el cielo; pero soy de la opinión de que él más bien rastrea la seguridad con la que procesaron a sus abogados, y abiertamente los proclamó, al hecho, que habían estado en posesión del poder incontrolado de infligir lesiones. Habían tenido tanto éxito en engañar a la gente y dejar a David odioso por sus calumnias, que ninguno tuvo el coraje de pronunciar una palabra en su defensa. No, cuanto más atrozmente pueda elegir cualquier hombre para perseguir a esta víctima de angustia, por ningún otro motivo que para asegurar las buenas gracias del rey, más se elevó en la estimación como un verdadero amigo de la comunidad.

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