9. Han puesto su boca contra los cielos. Aquí se declara que pronuncian sus discursos contundentes tanto contra Dios como contra los hombres; porque imaginan que nada es demasiado arduo para que lo intenten, y se halagan de que el cielo y la tierra están sujetos a ellos. Si alguno se esfuerza por alarmarlos poniendo ante ellos el poder de Dios, ellos audazmente rompen esta barrera; y, con respecto a los hombres, no tienen idea de ninguna dificultad derivada de tal trimestre. Por lo tanto, no hay obstáculo para reprimir sus discursos orgullosos y jactanciosos, pero su lengua camina por toda la tierra. Esta forma de expresión parece ser hiperbólica; pero cuando consideramos cuán grande e ilimitada es su presunción, admitiremos que el salmista no enseña nada más que lo que la experiencia muestra como una cuestión de hecho.

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