En consecuencia, a pesar de su amonestación, y porque ahora se percibía que Jesús tenía algún fin en vista que les estaba oculto, levantaron la piedra, ἦραν οὖν τὸν λίθον. Ὁ δὲ Ἰησοῦς … ἀπέστειλας. “Pero Jesús levantó los ojos hacia lo alto y dijo: Padre, te doy gracias por haberme oído”. Sin pompa de encantamiento, sin lucha en la oración incluso; sino simples palabras de acción de gracias, como si ya Lázaro hubiera sido restaurado.

[Origen piensa que el espíritu de Lázaro ya había regresado. En lugar de la oración que dio gracias, habiendo comprendido el alma de Lázaro, entraron en el cuerpo.] La oración con la que agradece al Padre por haberla escuchado había sido ofrecida durante los dos días en Perea. Y era más probable que la acción de gracias impresionara a la multitud ahora que en el entusiasmo que siguió a la resurrección de Lázaro.

Por eso da gracias al Padre porque era indispensable que el milagro se refiriera a su verdadera fuente, y que todos reconocieran que era el Padre quien había enviado este poder entre los hombres.

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