Este ay no se dirige a los ricos y llenos de afuera, sino a los discípulos de adentro, y les señala que estar libres de los males enumerados en Lucas 6:22 no es motivo de felicitación, sino más bien de maldición, como indicativo de una deslealtad a la fe y al Maestro, lo que los hace equipararse a los falsos profetas.

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Antiguo Testamento