Ahora se inicia un tema completamente nuevo, que no tiene conexión con lo que ha precedido; tal conexión solo puede mantenerse proporcionando enlaces mentales artificialmente, para lo cual el texto no da garantía. Santiago 1:9-11 trata el tema de ricos y pobres; pueden interpretarse de dos maneras; por un lado, se puede parafrasear así: Que el hermano que es “humilde”, i.

mi. , perteneciente a las clases bajas y por lo tanto necesariamente (en aquellos días) pobre, gloriarse en la exaltación de la que como cristiano participa; pero que el rico se gloríe de que, por haber abrazado el cristianismo, está humillado ( cf. 1 Corintios 4:10-13 ), “que el hermano rico se gloríe de su humillación como cristiano” (Alcalde) tomando ταπείνωσις, sin embargo, como teniendo el sentimiento de humillación que siente el hombre rico al convertirse en cristiano.

Esta interpretación tiene sus dificultades, porque es el hombre rico, no sólo sus riquezas, quien “fallece”; así también en Santiago 1:11 ; además, si se trata del cristianismo, ὕψει y ταπεινώσει no pueden bien referirse a él ambos , ya que están colocados en contraste; esto parece haber sido sentido por un escriba antiguo que alteró ταπεινώσει a πίστει en la cursiva 137 (ver nota crítica arriba), pensando, sin duda, en Santiago 2:5, οὐχ ὁ θεὸς ἐξελέξατο τοὺς πτωχοὺς τῷ κόσμῳ πλουσίους ἐν πίστει ... Parece más sabio tomar las palabras tal como están de pie, y buscar interpretarlas sin leer en algo que no está allí, especialmente como el escritor (o los writers) de este episters) de este epistle) de este upiS no es por regla general ambiguo en lo que dice; de hecho, una de las características de la Epístola es la forma sencilla y transparente en que se plantean las cosas.

Considerados desde este punto de vista, estos versículos contienen simplemente un saludable consejo para los hombres para que cumplan con su deber en ese estado de vida al que a Dios le plazca llamarlos; si el pobre se hace rico, no hay de qué avergonzarse, hay que felicitarlo; si el rico pierde su riqueza, necesita consuelo, después de todo, hay algo que agradecer en escapar de las tentaciones y peligros a que están sujetos los ricos; y, como señala el escritor más adelante en Santiago 2:1 ss., los ricos son opresores y crueles, hecho que (vale la pena recordar) era mucho más cierto en aquellos días que en estos.

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