Y subió Jesús al monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4. Ahora se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.

La expresión, la montaña , no denota una montaña en particular, que estaba en la región (porque la localidad no ha sido designada), sino el país montañoso, en contraste con el nivel de la costa. Jesús había buscado un lugar solitario allí, y estaba conversando en él con sus discípulos. La expresión de Juan tiene cierta semejanza con la de Mateo 15:29 , inmediatamente después del segundo milagro de los panes.

¿Cuál es el propósito del comentario en Juan 6:4 ? ¿Es una nota cronológica? En ese caso, hubiera sido mejor colocarlo al comienzo de la narración. Ocurre aquí incidentalmente, a la manera de Juan, como un comentario explicativo (comp. Juan 1:24 ).

Pero ¿con qué propósito? Según Meyer , para explicar la gran reunión de la que se habla en Juan 6:5 . Pero esta explicación le obliga a distinguir esta multitud de la de Juan 6:2 , lo cual es evidentemente inadmisible. Weiss reconoce esto, y ve en Juan 6:2 y Juan 6:5 , la multitud de peregrinos que están a punto de ir a Jerusalén para la Pascua.

Pero, ¿qué tenían que hacer las caravanas que subían a esta fiesta en este lugar apartado? ¿Y no queda muy claro, por Juan 6:2 , que estas numerosas llegadas no son otras que las multitudes que habitualmente acompañaban a Jesús en Galilea? La mención de la fiesta cercana debe, por lo tanto, servir para explicar, no la presencia de las multitudes, sino la conducta de Jesús hacia ellas.

No pudiendo ir a Jerusalén para la fiesta ( Juan 7:1 ), Jesús, al ver estas multitudes que se precipitaban hacia Él en el desierto, reconoce en esta circunstancia inesperada una señal del Padre. Pone este concurso en comparación con la fiesta que está a punto de celebrarse en Jerusalén, y dice por sí mismo, por sus discípulos, por la multitud: "¡También nosotros tendremos nuestra Pascua!" Este es el pensamiento que pone en su verdadera luz el siguiente milagro, como lo prueban los discursos que están relacionados con él.

Porque Jesús se presenta aquí como aquel cuya carne y sangre están destinadas a dar vida a los creyentes, punto que sin duda recuerda el sacrificio y la comida del cordero pascual. Por este cuarto versículo Juan nos da, pues, la clave de todo el relato, como nos la había dado en Juan 3:1 , con las palabras: de los fariseos , la de toda la conversación con Nicodemo.

Nos parece que las negativas de Weiss y Keil no descansan sobre bases suficientes. El término ἡ ἑορτή τ. ᾿Ιουδ., la fiesta de los judíos , debe, según Keil , explicar la palabra Pascua , que era desconocida para los lectores griegos, o, según otros, designar esta fiesta como “la fiesta por excelencia de los judíos”; pero comp. Juan 2:13 y Juan 7:2 .

Quizá Juan quiera hacernos comprender la separación total que se hacía cada vez más evidente entre Jesús y este pueblo que se le hacía extraño. Por el incidente de Lucas 6:1-5 y los pasajes paralelos, descubrimos en los Sinópticos que también pasó una primavera en Galilea durante el curso del ministerio cumplido en esa provincia.

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