Aunque las mentiras y las falsas doctrinas en realidad no nos hacen la guerra, su forma, su coraza y el sonido de sus alas deberían advertirnos que la guerra no está muy lejos. Sus coronas de victoria no fueron duraderas, ya que solo son "como el oro". La apariencia de sus rostros, cabello y dientes nos deja saber que estos son hombres enloquecidos por las falsas enseñanzas.

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