14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida, y puedan entrar por las puertas en la ciudad.

Los mandamientos eternos se cumplen amando a Dios y amando al prójimo como a nosotros mismos. Guardando estos dos mandamientos se cumplen todos los demás mandamientos de Dios. Aquellos que lo hagan tendrán acceso al árbol de la vida en la Ciudad Santa para que puedan comer de él y tener vida espiritual para siempre.

La verdad del asunto es que no puedes amar a Dios si rechazas a Su Hijo y en verdad no puedes amar a tu prójimo sin el Espíritu que es dado por el Hijo.   Por lo tanto, guardar los mandamientos solo puede ser cumplido por el Espíritu de Jesucristo en ti.

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