Porque por fe andamos, no por vista. Porque todavía no contemplamos la naturaleza y la belleza de Dios cara a cara. Así Crisóstomo, Teodoreto, Teofilacto y Ecumenio. Por eso se equivocan, quienesquiera que sean, que dicen que los Bienaventurados ven a Dios, no directamente en Su Esencia, sino por medio de alguna apariencia que representa Su Esencia, del mismo modo que la apariencia de color recibida en la retina representa a la ojo el color de la pared.

No es tal clase de visión lo que el Apóstol aquí quiere decir, sino aquella por la cual un objeto se ve claramente en sí mismo. Porque la fe se opone a la vista; pero por la fe no vemos, sino oscuramente creemos lo que es futuro y ausente.

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Antiguo Testamento