Padre, aquellos que me diste, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo; para que vean mi gloria que me diste, porque me amaste desde antes de la fundación del mundo. Les presenta, dice S. Crisóstomo, "las recompensas que les esperan después de la muerte, para mostrarles más el amor de Cristo y hacerlos más decididos", y como dice S. Cirilo, "Quiere enseñarles que nadie verá Su gloria sino aquellos por quienes Él oró, y quienes por Él están unidos al Padre.

Porque Él dice: "aquellos que me diste". Y deseo fervientemente que puedan contemplar la gloria, no sólo de mi humanidad exaltada a la diestra del Padre (como explican S. Agustín y Cirilo), sino también de Mi Deidad. "Porque en este derecho consiste esencialmente nuestra bienaventuranza. Pero cuando dice: 'Porque me amaste', quiere decir, es una prueba manifiesta que me amaste con un amor infinito desde toda la eternidad, porque al engendrarme, me diste Yo Tu gloria y Deidad.

Pero Él lo engendró no por mero amor, sino por su propia fecundidad natural como Dios. Por tanto, el Padre engendró primero al Hijo. Entonces amó a Aquel a quien había engendrado, porque había engendrado a Uno que era en todo semejante a Él.” Así Jansenio.

Antes de la fundación del mundo. Esto significa que el mundo no era eterno en ninguna parte, sino que, tanto en materia como en forma y en todas sus demás cualidades, fue creado por Dios en el principio de los tiempos, cuando se pusieron los cimientos.

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