Dijeron, pues , &c. "Sin trabajo, en placentera comodidad, comamos con alegría este Pan, para que prolongue nuestra vida, como el árbol de la vida en el Paraíso, para que lleguemos a los años de Matusalén". Porque los judíos carnales aún no entendían que el Pan de Cristo era espiritual, y pensaban sólo en las cosas terrenales. "Todavía", dice S. Crisóstomo, "buscaban algo material, todavía esperaban la satisfacción de su apetito.

Como dice San Agustín: "Danos pan que refresque y nunca falte". Porque como dice Cirilo: "Aunque con muchas palabras el Salvador los apartó del sentido carnal, en nada aprovecharon, ni en nada se apartaron de carnalidad, porque cuando oyeron hablar del Pan que es dado por la vida del mundo, lo entendieron del pan terrenal. Eran como aquella mujer samaritana, que habiendo oído un largo discurso de Cristo acerca del agua espiritual, se hundió en el recuerdo de las corrientes terrenales, diciendo: Señor, dame de esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a dibujar ".

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