Y lo tomó, lo tocó y le hizo marchar ( ε̉πιλαβόμενος , "cuando lo hubo tocado". apprehensum, Vulg.) Cura con su toque al hidrópico que, por temor a los fariseos, no pidió ser sanado a causa del sábado, sino que solamente se puso de pie, para que cuando Jesús lo viera, tuviera compasión de él y lo sanara. S. Cirilo.

místicamente. San Gregorio ( lib. xiv. Moral ) observa: “El enfermo de hidropesía es curado en presencia del fariseo, porque por la enfermedad corporal de uno se expresa la enfermedad mental, es decir , la avaricia y la codicia, del otro. " "Porque", dice Beda, "el hombre hidrópico representa a uno que está agobiado por una corriente desbordante de placeres carnales". S. Agustín añade: "Nosotros, ligeramente, comparamos a un enfermo de hidropesía con un rico codicioso, que cuanto más abunda en riquezas, más ardientemente las desea.

La avaricia y la codicia, pues, son muy parecidas a la hidropesía, y así como esta terrible enfermedad se cura mejor absteniéndose de beber, así el remedio para el deseo indebido es la mortificación, la abstinencia y la continencia, todo lo cual marchita y expulsa los hábitos virtuosos. "

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