Sin duda, hay algo sorprendente en el carácter trivial de este milagro y de los pocos que se parecen. Pero, en la medida en que sabemos muy poco sobre las leyes que rigen el ejercicio de poderes milagrosos, es posible que estén tan bajo el control de su poseedor que él pueda ejercerlas, o no ejercerlas, por placer. Y puede depender de su discreción si se ejercen solo en casos importantes, o también en casos triviales. Evidentemente, Eliseo tenía una gran bondad de corazón. No podía ver un dolor sin desear remediarlo. Y parece que a veces había usado su poder milagroso en la naturaleza pura y buena, cuando no se presentaba una forma natural de remediar un mal.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad