Donde. - ¿De qué? o, ¿Dónde cayó?

El hierro nadó. - Hizo que la plancha flotara. (Comp. Deuteronomio 11:4 para el verbo.) La cabeza del hacha de hierro no nadó, sino que simplemente subió a la superficie. Se había caído cerca de la orilla. El hecho de que Eliseo arrojara el palo fue un acto simbólico, destinado a ayudar a los testigos a darse cuenta de que la subida del hierro no fue un evento natural, sino sobrenatural, provocado por la instrumentalidad del profeta.

Como en el caso de la sal arrojada al manantial de Jericó, el símbolo era apropiado para la ocasión. Indicó que se podía hacer que el hierro flotara como madera mediante el poder soberano de Jehová. Las propiedades de las sustancias materiales dependen de Su voluntad para su fijación, y pueden ser suspendidas o modificadas a Su gusto. La moraleja de esta pequeña historia es que Dios ayuda tanto en los pequeños problemas personales como en los grandes de mayor alcance. Su providencia se preocupa tanto por el individuo como por la raza.

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