Entonces se envió la parte de la mano de él - A saber, los dedos. Ver Daniel 5:5. El sentido es que cuando se percibió completamente que Belsasar no estaba dispuesto a aprender que había un Dios en el cielo; cuando se negó a sacar provecho de las dispensaciones solemnes que habían ocurrido con respecto a su predecesor; cuando su propio corazón se alzó con orgullo, y cuando había ido aún más lejos que sus predecesores por el uso sacrílego de los vasos del templo, mostrando así un desprecio especial por el Dios del cielo, entonces apareció la misteriosa letra en el pared. Era entonces un momento apropiado para que el Dios Altísimo, que había sido tan insultado e insultado, saliera y reprendiera al monarca orgulloso e impío.

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