El espíritu de la ley estaba tan lejos de fomentar la venganza personal que no permitiría que un hombre desaprovechara la oportunidad de salvar a su enemigo de la pérdida.

El sentido parece ser: “Si ves el asno de tu enemigo echado debajo de su carga, no pasarás junto a él; lo ayudarás a desatar las cinchas del asno”.

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