Tú a quien tomé de los confines de la tierra - De Caldea - considerado por los judíos como la parte remota de la tierra. Por lo tanto, en Isaías 13:5, se dice de los medos que vinieron "de un país lejano, desde el final del cielo" (ver la nota en ese lugar). Abraham fue llamado desde Ur de los caldeos, una ciudad que aún permanece al este del río Eufrates. Es probablemente el mismo lugar que la fortaleza persa Ur, entre Nesibis y el Tigris. Fue visitado por el Sr. Wolfe, el Sr. Buckingham y otros.

Y te llamó de los hombres principales del mismo - O más bien, de las extremidades de la tierra. La palabra אציל 'âtsiyl significa correctamente "un lado"; y cuando se aplica a la tierra, significa los extremos de los lados o las extremidades de la misma. En Éxodo 24:11, se traduce como "nobles", de una palabra árabe que significa que tiene raíces profundas y, por lo tanto, aquellos que provienen de un antiguo stock (Gesenius). En este lugar, se usa evidentemente en el mismo sentido que la palabra (אצל 'ētsel) que significa "lado", en el sentido de extremidad o fin. El paralelismo requiere que le demos esta interpretación a la palabra. Entonces Jerome lo muestra, longinquis ejus (sc. terroe). La Septuaginta lo representa, Ἐκ τῶν σκωπιῶν Ek tōn skōpiōn - 'De las especulaciones de la tierra' (Thompson), o más bien tal vez significado desde el extremo de la visión; de los países que yacen en el horizonte lejano; o de los lugares elevados que ofrecen una amplia gama de visión. El Chaldee lo traduce: "De los reinos te he seleccionado". Symmachus lo representa, Ἀπὸ τῶν ἀγκῶνων Apo tōn angkōnōn autēs - desde sus ángulos, sus esquinas, sus extremidades. Algunos han supuesto que esto se refiere a la liberación de Egipto, pero la interpretación más probable es la que se refiere al llamado de Abraham de Caldea; y la idea es que, como Dios lo había llamado desde esa tierra lejana y lo había hecho su amigo, él preservaría y protegería su posteridad. Quizás pueda implicarse que sería favorable para ellos en ese mismo país desde donde había llamado a su ilustre progenitor, y de la misma manera los conduciría a la tierra prometida, es decir, a su propia tierra.

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