No son las palabras ... - Sus palabras son sobrias, graves, piadosas, llenas de sabiduría. La predicación de Jesús siempre produjo efecto. Hizo enemigos amargos o decidió amigos. Así será toda predicación fiel. No es culpa del evangelio que haya divisiones, sino de la incredulidad y las pasiones locas de los hombres.

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