¿No vendrá a la fiesta? - Dudaban de si él vendría. Por un lado, la ley exigía que todos los machos vinieran. Por otro lado, su venida fue atendida con gran peligro. Esta fue la causa de sus dudas. Fue en esta situación que nuestro Salvador, como muchos de sus seguidores, fue llamado a actuar. El peligro estaba por un lado, y el deber por el otro. Él eligió, como todos deberían, cumplir con su deber, y dejar el evento con Dios. Prefería hacerlo, aunque sabía que la muerte sería la consecuencia; y no debemos encogernos, cuando tenemos razones para aprehender el peligro, la persecución o la muerte, de un intento honesto de observar todos los mandamientos de Dios.

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