Si el mundo te odia - La amistad del mundo no era de esperar, pero su odio no los disuadía de su trabajo. Habían visto el ejemplo de Jesús. Ninguna oposición de los orgullosos, los ricos, los sabios, o los hombres de poder, ni la persecución ni las burlas, lo habían disuadido de su trabajo. Recordando esto, y teniendo su ejemplo constantemente en el ojo, debían trabajar no menos porque los hombres malvados deberían oponerse y burlarse de ellos. Es suficiente que el discípulo sea como su Maestro, y el sirviente como su Señor, Mateo 10:25.

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