Como vemos nuestra propia cara cuando miramos en la superficie del agua como un espejo, así en cada corazón del hombre podemos ver nuestra propia semejanza. A pesar de todas las diversidades, nos encontramos con la naturaleza humana común en la que todos compartimos. Otros ven en la referencia al reflejo en el agua el pensamiento que juzgamos de los demás por nosotros mismos, los encontramos fieles o al revés, como nosotros mismos.

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