Como en el agua el rostro responde al rostro, así el corazón del hombre al hombre.

Como en el agua cara a cara, así el corazón del hombre al hombre. El mismo rostro que le muestras al agua, te lo refleja: sonríele, te sonreirá; fruncir el ceño, fruncirá el ceño sobre ti: así como tu corazón (exhibido por modales, palabras y hechos) es para otro, su corazón es para contigo: si tu corazón es bondadoso, el suyo es bondadoso, y a la inversa, así tu corazón es una especie de espejo del de tu prójimo: tú puedes juzgar del suyo por ti mismo; porque tu sentimiento, traicionándose a sí mismo por la palabra y la manera, no puede dejar de producir sentimientos similares en él.

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