O (con la Septuaginta y la Vulgata), para que no reflexione (o "No reflexione") sobre la forma de vida, sus caminos se mueven de aquí para allá (inestables como un terremoto); Ella no sabe. Las palabras describen con una viveza terrible el estado de corazón y alma que la prostitución trae a sus víctimas; la ceguera temeraria que no pensará, tambaleándose en el abismo, pero ruidosa en su alegría desafiante, ignorando el terrible futuro.

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