No hay nadie que entienda - En el hebreo Salmo 14:2, Dios se representa mirando hacia abajo desde el cielo para ver, es decir, para hacer investigación, si hubo alguno que lo entendió o buscó. Esta circunstancia le da no solo una gran belleza poética al pasaje, sino una profunda solemnidad y horror. Dios, el buscador de corazones, es representado haciendo una investigación sobre este mismo punto. Él mira hacia abajo desde el cielo con este mismo propósito, para determinar si había algún justo. En el hebreo no se afirma, aunque está clara y fuertemente implícito, que ninguno de estos fue encontrado. Ese hecho el apóstol "declara". Si, como resultado de tal investigación, no se encontró ninguno; si Dios no especificó que existiera tal; entonces se deduce que no había ninguno. Porque ninguno pudo escapar de la atención de su ojo; y si hubiera habido alguno, la benevolencia de su corazón lo habría llevado a registrarlo. Para entender se usa en el sentido de ser sabio; o de tener un estado de sentimiento moral como para disponerlos a servir y obedecer a Dios. La palabra se usa a menudo en la Biblia, no para denotar una mera operación intelectual de la mente, sino el estado del corazón que inclina la mente a obedecer y adorar a Dios; Salmo 107:43; Salmo 119:27, Salmo 119:1; Proverbios 5:5; Isaías 6:1; "Para que no entiendan con el corazón", etc.

Que busca a Dios - Que se esfuerza por conocer y hacer su voluntad, y conocer su carácter. La disposición a no buscar a Dios, es decir, descuidarlo y olvidarlo, es una de las pruebas más decididas de depravación. Un hombre justo considera que es su mayor privilegio y honor conocer a Dios y comprender su voluntad. Un hombre puede caer en la maldad solo olvidando a Dios. Por lo tanto, una disposición "no" a buscar a Dios es una prueba completa de la depravación.

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